Tengo que confesar que no me gusta mucho la pannacotta, y os preguntaréis que porqué razón la he hecho. Sinceramente no lo se, la vi en algún blog y llevaba semanas rondando la idea de hacer pannacotta, y eso unido a la insana obsesión que recientemente he adquirido hacia el chocolate blanco, me llevó a hacerla.
Como me parecía que blanca sola iba a quedar muy sosa y ya que los que sufren mis creaciones no son muy amantes de las frutas, por lo que acompañarlo de alguna mermelada o crema de frutas quedaba descartado, le puse una base de galletas oreos.
Ingredientes:
4 hojas de gelatina
400ml de nata
180gr de chocolate blanco
2 cucharadas de azúcar vainillada
Galletas oreos
Mantequilla
Elaboración:
Ponemos las hojas de gelatina en remojo en agua fría. En un cazo echamos la nata, el azúcar y el chocolate blanco en trocitos. Removemos hasta que el chocolate se haya derretido por completo. Retiramos del fuego y añadimos las hojas de gelatina escurridas. Removemos hasta que se disuelvan y reservamos.
Trituramos galletas oreos sin el relleno y las mezclamos con mantequilla derretida. Las ponemos en el fondo del recipiente que eligais, yo usé copas, y metemos en la nevera para que enfríe un poco. Cuando la base esté compacta, sacamos de la nevera, ponemos por encima la mezcla anterior y metemos en la nevera durante al menos dos horas.
Podemos decorar con galletas trituradas, bolitas de chocolate o con los sprinkles que mas os guste.
Buen provecho!
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